El pasaje comercial de San Cristobal.
Al día siguiente nos fuimos a casa de Rudy y Monika, unos anfitriones de 10 con los que nuestra experiencia fue altamente cultural y musical.
El único incidente extraño que tuvimos al llegar a este lugar fue que un señor que vendía ropa en la calle Simojovel nos veía de lejos y cuando Aron intentaba tomar una foto de la calle se acercó y dijo algo así como “fghggd ghfrj saeye dfgdfh, dfgd sdhsdtys puebla ghdgsd mjmjmj”. Pudo haber sido tzotzil o quizá simplemente estaba loquito, no sabemos. Como le dijimos que no entendíamos, se alteró, repitió lo mismo y acto seguido le dio a Aron tal manotazo que la cámara salió volando y cayó en seco sobre el suelo (sin sufrir daños, afortunadamente). Qué hostilidad, pensamos. Pero nos dijeron que esto es realmente muy poco común… En fin.
¿No es Cristina una belleza?
Conocimos el Museo del Ámbar, que tiene una vasta colección de piezas. Ojo, para los que compren ámbar éste es el tip para distinguir el bueno del pirata: la resina es cálida al tacto, si les están vendiendo plástico, la sensación al tocarlo será de frío. Además, si tiene insectos grandes adentro, seguro es patito. Especialmente si tiene alacranes, porque en realidad –nos dijeron- sólo hay como seis en el mundo.
Bienvenidos al maravilloso mundo del ámbar.
Una marimba chiapaneca, ¡de ámbar!
Ámbar, ámbar, ámbar, ámbar. Con insectos.
¿Traes plástico amarillo colgado de tu cadenita?
Rudy, Monika, Erika, nosotros.
Muchos perros.
En la noche fuimos a un concierto de jazz del grupo local Mono Aullador y saliendo nos llevaron por unas quesadillas exóticas: de fresa con flor de calabaza y setas, de chistorra con brócoli y crema y atoles de tamarindo con fresa y de mango. Si van por allá, este local -que ni nombre tiene- está atrás del mercado de los dulces, por la zona de la Facultad de Derecho. Todo mundo lo conoce.
Viva la revolución.
Además de recorrer la plaza y el mercado, es interesante conocer el museo de medicina maya, donde vimos un revelador y explícito video de la labor de las parteras en esta región del sureste. No quieren saber los detalles, créanme.
En el museo se recrea la religiosidad de los chamulas, quienes combinan en sus ceremonias los ritos mayas con algo del catolicismo español. Los maniquíes que llenan el museo están realmente espantosos, como si esperaran que te distraigas para levantarse de donde estás y perseguirte…uuuhuuuuu.
Según este espacio, en el mundo hay 300 mil plantas medicinales. De éstas, México tiene 30 mil y tan sólo en Chiapas hay 15 mil. Además del museo hay un jardín en el que cada planta tiene su nombre y para qué es utilizada. Toda una tarde de aprendizaje.
Típica escena sancristobalense.
Durante nuestra estancia ahí visitamos el Bar Itzkra donde una noche se reunió toda la comunidad francesa para escuchar tocar a Zumbido, una banda prendidísima de música estilo fusión de francesa-europea oriental-klezmer, antes de que saliera de gira. Lástima que no llevábamos la cámara porque fue realmente memorable.
Aquí hay algo de ellos, tomado de YouTube:
San Cristóbal ha sido un imán para muchos extranjeros que han llegado para quedarse, así que no es raro ver alemanes, gringos, españoles y franceses todo el día en todos lados.
Pura felicidad.
Los mangos, parece que llueven del cielo. Siempre hay cubetas llenas.
***
RITOS, HOSTILIDAD Y COLA-COLA EN SAN JUAN CHAMULA
A media hora de San Cristóbal de las Casas está San Juan Chamula. Al llegar, se diría que es un pueblo como cualquier otro: la plaza, la iglesia, el mercado… Pero basta estar unos minutos ahí para darse cuenta de que no hay nada de ordinario en este sitio.
Para empezar, al llegar los niños asedian a los turistas vendiendo collares, bolsas bordadas y pulseras. Pero no aceptan un ‘no’ por respuesta. Insisten repetidas veces, persiguiendo a la gente por varios metros. Tras insistir, pasan del ‘cómprame’ al ‘te lo regalo, un regalo no se desprecia, ándale tómalo’. El incauto que reciba cualquier producto escuchará enseguida ‘ahora tú regálame 20 pesos’. Tras muchas negativas, los niños se alejan maldiciendo muy molestos, lanzando miradas de desdén y diciendo cosas como ‘pinches turistas, todos son iguales’. Inaudito. La gente de esta comunidad detesta a la gente de afuera, siempre y cuando no les compren nada. Si compran, igual los detestan, pero más discretamente.
Al llegar a la Iglesia nos bloquean el paso. Primero hay que pagar 20 pesos por persona. Regresas entonces al ayuntamiento y compras un boleto donde te advierten severamente y en tres idiomas que está TAJANTEMENTE PROHIBIDO tomar fotos adentro de la Iglesia, no es sólo el flash. CERO, NI UNA SOLA FOTO adentro de ese templo que parece una romería. En ciertos casos te advierten que una foto a ciertos personajes (independientemente de si estás en la iglesia o no) puede causar que te golpeen o hasta te quiten la cámara y te amarren. Aquí no hay sacerdote que valga, ni ley. La ley que rige es la del pueblo. Y punto. Si no te parece, es tu problema.
Al entrar no hay bancas como en cualquier iglesia tradicional, sino altares de santos dispuestos a los costados de la Iglesia, decenas de velas en el piso y hierbas. La gente llega en familia y trae consigo un kit de adoración a los santos, que se dice son en realidad antiguos espíritus mayas, como el espíritu de la tierra.
Entre otras cosas llevan: un gallo para balancearlo sobre las velas y el copal, que son el alimento de los dioses, agua, posh (destilado tradicional que puede ser de sabores afrutados) o coca colas y otros refrescos de sabores.
Los chamulas tienen una extraña relación con el refresco. Lo usan en sus ritos ceremoniales y creen que, tras tomar mucho refresco, cuando la persona eructa está expulsando demonios y enfermedades de su cuerpo.
Cuando nos alejamos de las calles del centro para conseguir algo de posh, a sugerencia de nuestro anfitrión, nos topamos con gente hosca de mirada recelosa.
Se dice que los chamulas tienen tan mal carácter que hay una frase que los alude, si tienes algún rasgo antisocial o mamila, en varias partes de Chiapas te dicen ‘ya, no seas chamula’, jajajaja. Y bueno, se dice que éste es el único pueblo que no pudo ser conquistado ni por los aztecas ni por los españoles.
ahha que interesante todo esooo!! ehh
ResponderEliminary bueno no comento mas por que voy por mi coca cola a ver si expulso los demonios que llevo dentro de mi jajaja
eso, expulse los demonios, chamula style!
ResponderEliminarjaja si es que de repente me "empacho" de demonios jaja
ResponderEliminarahah y me comentaron que eso de la gente no se deja que le saquen fotos.. que es por que se les sale el alma.. para mi que es mas el mal genio .. pero bueno jaja
no... con éstos no hay salida de alma... simplemente NO LES PARECE, se sienten muy insultados
ResponderEliminarHOla, chicos, muy interesante su recorrido, claro, con algunos incidentes, como el de la foto en Sancris. Las mando un abrazo y los mejores deseos para que sigan con bien este viaje. Saludos desde Mty.
ResponderEliminarGracias Dano! Ya mero nos vamos a Europa, espero que nos sigas :) Gracias por los buenos deseos, un abraztote de regreso!
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