Es increíble reencontrarte con un viejo eslabón de ti mismo, es como poder sacar un espejo antiguo y verte reflejado en el pasado… los ¿te acuerdas…? se vuelven el hilo de la conversación.
En esos días comimos churros y tortillas recién hechas, cortesía de Zenaido, y nos divertimos recordando un experimento de secundaria que hizo que a la maestra de Naturales se le movieran los lentes de su sitio. Era la recreación de un volcán que echaba lava, algunos de nuestros compañeros usaron pólvora y generaron una gran explosión en el salón que nos obligó a todos a salir corriendo y gritando hacia el patio… ¡Ah qué divertida era la secu!
A raíz de ese recuerdo acabamos haciendo un volcán con Elías, Avraham (‘así con v, para complicarle la existencia, dijo su mamá’) y el pequeño Roni.
Nos despedimos con la promesa de no dejar que pasen otros 15 años sin vernos.
Por cierto que a Aron le llamaron meco por todo Chiapas, y meco significa blanco. Osea güerito, pues.
Así es Bochil.
El risueño Roni.
Como en los viejos tiempos...
Como en los viejos tiempos...
De Bochil nos fuimos hacia Villahermosa, Tabasco. Afortunadamente en Bochil terminaba el camino de la sierra chiapaneca, por lo que ya no hizo falta más Dramamine. Porque yendo de San Cristobal a Bochil Mariana se puso verde. El camino es largo, sinuoso y montañoso...
Nuejtra ejtancia en Tabajco no fue nada parecida a ejtar en un edén. Ejtuvimoj jólo un par de díaj, incluído mi cumpleañoj. Claro que comimoj pejelagarto en omelette… jabe a pejcado puej… Eje día lo pajamos cargando la mochila toooooodo el tiempo, debido a fallaj en la agenda de nuejtra anfitriona, bien intenjionada, pero demajiado ocupada para hajerse cargo de juj huéjpedej como Dioj manda.
El cumpleaños de Mariana nos sorprendió en Villahermosa... bueno, no nos sorprendió, en realidad. Ese día decidimos dejar por un rato el presupuesto y festejar comiendo en un restaurante italiano de lo más sabroso.
Después pasta, mucha pasta.
Buonissimo.
Heidy, nuestra anfitriona, aún tiene su árbol de navidad, en espera de que alguien se apiade de él y se lo lleve a su descanso eterno. Como adorno, un gancho. Oh.
Verde.
Heidy, nuestra anfitriona, aún tiene su árbol de navidad, en espera de que alguien se apiade de él y se lo lleve a su descanso eterno. Como adorno, un gancho. Oh.
DeVillahermosa, salimos para Campeche, Campeche. Todo en el sur es veeerde... veeerde. Fertilísimo. Hay millones de plátanos.
Y húmedo, y caluroso, por supuesto.
Las calles del centro campechano.
*Eso que empezó en Villahermosa, terminó en Campeche.
Buenas fotos! Seguiré su viaje. Andrea
ResponderEliminarGracias Andreisha! Un abrazote de parte de los dos :)
ResponderEliminarQue bonitas fotos tomaron en Campeche! y que gusto que el chorrillo pasoooooooooó! Cuidense y saludos al "meco" desde Bochil Bye.
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