Uno de esos días en Guanajuato convencimos a las chicas de no ir a sus clases y lo dedicamos simplemente a tontear en casa.
Nos tomamos fotos, nos reímos, cantamos canciones de 31 minutos hasta el hartazgo y tuvimos un día genial. Aron se dedicó a arreglar un sillón que estaba en calidad de muñeca fea, por aquello de que un bracito ya se le rompió.
La casita del amor en Guanajuato tiene cabida para todos los géneros, incluyendo el horror.
A Mamá Indira le cortan el pelo en casa, mientras medita acerca de qué hará de comer.
Además compartimos la casa con Tiss, una chica francesa que anda de rol por México y que una noche nos trajo vino y crepas para cenar. Qué más se puede pedir...
Luego fuimos a conocer un hotel en forma de castillo que, casualmente, fue en el que me hospedé cuando visité Guanajuato en la prepa. Después de recorrerlo todo terminamos en la capilla y se nos ocurrió subirnos al techo. Error. La gente de seguridad fue a corrernos de muy mala gana y hasta pensaron que estábamos fumando mota en el techo, ja. Fue muy divertido.
no manches como sufren me cae, que buenas fotos las mejores fue las de : atras del sillon y apenas se asoman sus ojos parecen niños escondiendose de mamá despues de una travesa genial, y la de la torta mordida y de fondo la vista maravillosa.
ResponderEliminarbueno me voy a dormir trabajo mañana y porfavor no me pregunten que es eso? ok?
mas fotos!!!!!!!!
y Aron bendito entre las mujeres en Guanajuato jaja
ResponderEliminaray esta bien chido por alla, me gusta asi todo bien colonial.
Y 31 min es lo mas jaja
sí caray, es algo duro pero alguien tiene que hacerlo!
ResponderEliminarsaludos :)