Volvimos a Londres por una sola noche, y pasamos ahí el día más largo del año, el de la llegada del solsticio de verano, lo chistoso es que nos dimos cuenta cuando el día estaba terminando. Tras el arribo a la estación Victoria nos lanzamos a la Abadía de Westminster para descansar un rato en sus jardines.
Por la noche paseamos con Arturo y Ale por los alrededores del London Eye y nos sentamos a la orilla del río Támesis a escuchar al Big Ben dando las últimas campanadas del día. Luego de la última campanada, se apagó la iluminación del Big Ben y las casas del Parlamento.
¡Hasta pronto, Londres!
28 jun 2010
27 jun 2010
Norwich
Saliendo de Liverpool pasamos todo el día entre camiones. Primero en uno que nos llevó desde ahí hasta Londres, y que hizo más de 6 horas y luego en otro que hizo otras tres horas, y que nos llevó a Norwich (se pronuncia Norich). Fue un largo día, pero el paisaje es increíble, siendo Inglaterra un país tan lluvioso, todo es verde a ambos lados de la carretera, y en algunos casos verde con rojo o verde con amarillo porque hay muchas áreas con flores. Ni qué decir de los borregos que parecen pedacitos de algodón entre ese mar de “verdosidad”. Nos recordaron a Shaun The Sheep.
Pasamos un fin de semana increíble en Norwich, al sureste de Inglaterra, una de las ciudades más antiguas de este país y que antes fue capital. Una de las cosas más interesantes de hacer es visitar un castillo que tiene –literalmente- mil años (hace tanto, que la gente ya olvidó para qué fue construido y qué se hacía ahí. Actualmente eso es tema de gran debate), y que ha sido rehabilitado como espacio cultural. Vimos una excelente exhibición ”Beatles top Bowie, the 60s exposed”, con muchas fotos de Los Beatles que yo, como fanática, jamás había visto. Además de las fotos, forman parte de la exposición las revistas o las portadas de los discos en donde fueros usadas. Me encantó ver una revista de la época cuyo reportaje central eran Los Beatles. La redacción era chistosa porque básicamente era la transcripción de las entrevistas hiladas sólo con frases como “Y entonces Paul dijo”, “Y luego Ringo contestó”, “Y al oír esto, Paul contó que…”.
Al final del reportaje se invitaba a las fans a participar en un concurso en el que debían decir cuál era su canción favorita de Los Beatles y por qué, y ganarían un desayuno con el cuarteto de Liverpool y un recorrido por los estudios de grabación.
Durante nuestro fin de semana aquí visitamos la Catedral, de 900 años, bellísima, y una calle famosa que se llama Elm Hill. Aquí, nos dijeron, los cineastas vienen a capturar escenas de la Inglaterra antigua para películas como Shakespeare Enamorado.
La ciudad tiene partes muy bonitas para caminar como un gran canal en el que puedes ver a la gente local pescando, o simplemente haciendo picnics y paseando en bici.
Aquí conocimos además a Spela, nuestra adorable anfitriona. Es una chica de 27 años originaria de Ljubljana, Eslovenia. Spela es una de esas personas interesantísimas de conocer, no sólo por su carácter afable y sus historias de viaje (ha estado en más de 40 países), sino porque es abierta, dulce y con un gran sentido del humor. Además es increíble lo afín que es a nosotros en cuanto a música, libros, comida, en fin… digamos que en cuanto a la forma de ver la vida.
Spela nos dedicó mucho tiempo lo cual nos hizo sentirnos muy halagados. El sábado recorrimos la calle Prince of Wales, donde están los bares y cafés de la ciudad y tuvimos una probadita de la vida nocturna de Norwich. El domingo nos llevó a probar un desayuno típico inglés, que incluye frijoles dulces, pudín negro (lo que en México llamamos morcilla), salchichas, tocino, huevo, un hongo portobello y papas. Estuvo delicioso y pesado para estas panzas de mochilero que traemos, más habituadas por ahora a las galletas y al agua, jajajajaja.
Luego vimos con ella la exposición de los 60 en el castillo, paseamos por las callecitas del centro (su casa está en el mero centro de la ciudad, en una casa del siglo 16 que dicen, estaba embrujada, y al lado había una cárcel de mujeres). También alimentamos a los cisnes en un paraje alejado de la ciudad y en la noche nos divertimos haciendo una sesión de fotos con sombreros raros y con un wombat de peluche, un animalito de Australia que tiene ojos dormilones y es pachoncito.
Como viajeros es padre conocer las ciudades famosas donde sabes exactamente qué vas a encontrar, pero también es chido terminar en una ciudad en la que no tienes idea de qué esperar y que puede terminar siendo una de las experiencias más memorables.
Elm Hill.
La Catedral de Norwich es la iglesia más grande en la que hemos estado, sus claustros y vitrales son increíbles,y cuenta además con un laberinto en el centro del jardín en que el que te invitan a orar.
El laberinto. Es fácil salir.
En Norwich también hay canales.
Está pescando, no importa lo que parezca.
El Riverwalk de Norwich es un parquecito que recorre buena parte del canal.
La catedral vista desde el Riverwalk.
Se llama Shaun, cordero es, te puedes bañar con él.
Yo. Foto por Spela.
Spela.
A full English breakfast.
El castillo.
Los cisnes se dejan querer. Foto por Spela.
Cuidado: graffiti fresco. Qué atentos, ¿no?
Querida, tienes algo en el... nah, olvídalo.
Nosotros, Spela y el wombat.
24 jun 2010
La experiencia Beatle: Liverpool
Visitar la ciudad de Los Beatles era un sueño largamente anhelado… y cumplió todas mis expectativas. Al salir de la terminal ubicada en una de las avenidas principales de la ciudad, Lime Street, se respira modernidad, cultura y una vibra especial. El viento que corría era de ese que sientes que te corta la cara, de tan frío, y casi todo el día oyes los sonidos de las gaviotas revoloteando sobre tu cabeza.
La comunidad de couchsurfing es un poco apática o quizá sólo tuvimos mala suerte. Los primeros días tuvimos que pasarlos en un hostal porque no obtuvimos respuesta de nuestras peticiones de sillón.
No obstante el hostal Everton resultó ser bastante agradable y generoso, por 10 libras (200 varos) por noche tienes derecho a una cama limpia en un cuarto comunitario y todo lo que quieras comer las 24 horas (hay galletas, frutas, dulces, yogurth, leche, cereal, pan, café, té inglés –obvio-, y un queso untable horroroso que parece más bien manteca sin sabor). En fin, excelente para el bolsillo mochilero.
Tras instalarnos nos lanzamos a Mathew Street , el lugar para beatlemaniacos por excelencia, donde además de bares, tiendas (con todo de los Beatles) y changarros de comida, está la emblemática Caverna, donde el cuarteto de Liverpool dio sus primeros pasos. En realidad se trata de una versión reconstruida de la original, que fue demolida en 1973 y cuya entrada original se puede visitar unos pasos más adelante.
En la Caverna puedes escuchar a bandas de renombre internacional, como The Rawmones, Oasiz, Fink Ployd y AC/DC/UK.
Mathew Street
Everybody is football-crazy in England.
Todo en Mathew Street es Beatles.
El nombre de "Caverna" es justificado: entras por una puerta y bajas... bajas... bajas... bajas.
Siendo sábado, había noche de aficionados con la banda del lugar, los Cave Dwellers, y dije ¿por qué no? La mayoría eran bastante desafinados así que no había lugar para la pena. Era el momento. Pedí cantar “Drive My Car”, me la catafixiaron por “I wanna hold your hand” y después de un “¡Viva México, cabrones!”, que nadie pareció entender, me desgañité el cogote. Fue una experiencia memorable.
Auuuuuu, nació para el escenario!
Tras unas chelas y escuchar a un imitador de John Lennon salimos a comer una hamburguesa de pollo en el “Fab Four pizza”. Aunque hacía mucho frío, las chicas en las calles usaban minivestidos y megatacones, mucha gente guapa y súper arreglada. También muchos turistas. Si visitas Liverpool debes pasar al menos una noche de sábado en esta calle.
John Lennon (John Nellon?). Rompió dos cuerdas de su guitarra.
Albert Dock.
Al día siguiente llovía a cantaros. Nos lanzamos a visitar The Beatles Story, probablemente el museo más completo con la historia del cuarteto. Como dijo Aron, si un peluquero alguna vez le cortó el pelo a Ringo, su biografía está ahí. Así de completo está. Y es tan grande que te dan un pase válido para dos días. Como pedimos un taxi, el chavo del hostal (que era chistosísimo y hablaba como Borat) supo que iríamos y nos regaló unos boletos que le habían dejado unos huéspedes españoles que ya no los usarían para su segundo día, así que nos ahorramos 24 libras. Fiu.
Beatles, Beatles, Beatles.
Los Beatles originales en la Caverna original.
Mariana, beatlemaniaca oficial para la posteridad.
"Would you believe me if I told you I was being followed by a yellow submarine?"
Sergeant Pepper's Lonely, Sergeant Pepper's Lonely, Sergeant Pepper's Lonely.
Al final, un Starbucks y una mega tienda con todo de los Beatles, incluyendo la paleta de chocolate de "I love Ringo". No es que lo importante sea el dinero, claro.
El puerto de Liverpool.
"We all live in a terrorist regime." Hasta los artistas urbanos han pescado el virus Beatle.
Liverpool también tiene su barrio chino.
Para completar la experiencia Beatle, hay que visitar Penny Lane, que es básicamente una calle sin mucho que ver y que se cree que fue nombrada en honor a James Penny, quien era ni más ni menos que capitán de uno de los muchos barcos que transportaban esclavos y estaba a favor del comercio de personas. El maldito.
Todo es Penny Lane en la calle Penny Lane.
Nos paramos frente al letrero original justo cuando pasó un camión de turistas, así que primero les estorbamos y luego salimos en decenas de fotos. Lo mismo pasaría después, en Strawberry Field.
Cisnes en Brujas; cisnes en Liverpool. (Cisnes en Norwich.)
Y éste era el panteón donde Ringo... no. Sólo era un panteón.
Ésta será la portada de mi próximo disco.
¿Qué camión lleva a los turistas a través de la experiencia Beatle en Liverpool?
El Magical Mistery Tour, por supuesto.
Strawberry Field solía ser una casa de caridad del Ejército de Salvación que John Lennon visitaba de niño, acompañando a su tía Mimi. Hoy el espacio alberga una iglesia cerrada al público así que lo único que puedes ver es la entrada principal y más adelante una reja roja que en cada pilar tiene el nombre del lugar. A unas calles de ahí está la casa donde vivía John, en una zona residencial con muchas áreas verdes.
La casa de John.
Finalmente conseguimos un lugar dónde dormir a través de couchsurfing con un chavo bastante relajado y buena onda: Anders Brauner. Anders estuvo en Afganistán como parte del ejército danés y pasó seis meses en China debido a su trabajo, en el que supervisa los desembarques de cargamentos de peso pesado. Allá aprendió el arte de los noodles en wok, así que una noche nos hizo un delicioso stir fry con camarones.
Aparte de la beatlemanía, la ciudad ofrece paseos agradables por el muelle Albert y tiene varios buenos museos, incluida una Tate Modern, donde exhibían una expo de Picasso. Además, así como Londres tiene su London Eye, Liverpool tiene su Echo Wheel, que es básicamente el mismo concepto de rueda panorámica pero en versión peque.
Vimos además un museo súper interesante acerca de la esclavitud, enfocado principalmente en la trata de africanos que eran llevados a América para trabajar como esclavos, incluyendo una explicación de cómo TODA nuestra cultura está influenciada por la de los africanos que llegaron, y al mismo tiempo cómo las culturas africanas se fueron al traste por lo mismo.
Afuera de la casa de Anders.
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