Llegamos a casa de Prisca Esponda, nuestra primera anfitriona, y fue una experiencia extraordinaria. Nos tocó ser parte de los “miércoles de sushi”, en los que no hay sushi, ja.
A los viajeros nos tocó cocinar: Andrea, que viene de Noruega, nos preparó salmón al horno con verduras y nosotros hicimos latkes, postre tradicional de Janucá que se prepara con papa y azúcar.
Febrero 25. Paseamos por el centro de la ciudad, sin perdonar la visita a la emblemática Catedral y el Instituto Cultural Cabañas, que tiene unos murales de Orozco con los temas de la Conquista y la Revolución que están para babear. Actualmente preparan una expo sobre este artista y nos dijeron que estará en, creo, 17 salas, uffff. Desafortunadamente es en marzo y ya no estaremos aquí :(
El centro es muy tradicional, nos recordó al centro del DF hace muchos años: Hay puestos con fruta, otros que para nuestra sorpresa no sólo tienen elotes cocidos sino brócoli y hasta coliflor para botanear y pajaritos que salen de su jaula para leer la suerte en un papelito.
El centro es muy tradicional, nos recordó al centro del DF hace muchos años: Hay puestos con fruta, otros que para nuestra sorpresa no sólo tienen elotes cocidos sino brócoli y hasta coliflor para botanear y pajaritos que salen de su jaula para leer la suerte en un papelito.
Araceli, vendedora de pinturas hechas con arena, nos recomendó las tortas ahogadas de "Richard" y nos dio varios tips.
El sábado en la mañana, Prisca, indignada al ver esta foto, declaró que esto no es una torta ahogada, en este instante nos vamos a comer unas tortas ahogadas auténticas. Así, lagañosos y casi en calzones, nos fuimos a comer tortas como ésta:
Afuera del Instituto Cabañas hay una obra llamada la Sala de los Magos, de Alejandro Colunga, que son un conjunto de sillas como sacadas de un sueño de peyote de Dalí, chidísimas.